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UN PERUANO EN NUEVA YORK

Empezar como Mr. Perú y terminar como chef de Artesano, uno de los restaurantes de comida peruana más prestigiosos de Nueva York. Esa es la historia sorprendente de Rodrigo Fernandini. Publicado: 21 de febrero de 2024

La historia de Rodrigo Fernadini es todo un tour de force que empieza en su natal Pimentel y termina, al menos por ahora, en la imponente Nueva York. En 2012 Rodrigo ganó el Mr. Perú y, luego de quedar en cuarto puesto en la competencia mundial en Londres, incursionó en la televisión como participante del reality Esto es guerra.

Con una vocación clara por la cocina, Fernandini sintió el llamado de los sabores y los fogones y cambió la televisión y las pasarelas por su sueño verdadero, que no estaba aquí, en Perú, sino que lo esperaba en Estados Unidos.

A sus 26 años, el futuro chef enrumbó a California con la idea de aprender y, según confiesa, dispuesto a lograrlo así no reciba un solo dólar a cambio. Era el tiempo de trabajar en restaurantes de gran prestigio, aquellos que tienen estrellas Michelin, pero también un régimen de trabajo casi marcial.

“Los restaurantes de prestigio tienen un sistema tipo de brigada francesa donde todo es bien jerárquico. Se respetan las jerarquías y pienso que eso es muy importante porque no solamente aprendes a cocinar sino a formar tu carácter. Va a haber días en el que el chef te dé con palo para saber hasta dónde aguantas”,

“Me gusta la comida ecuatoriana, la chilena, pero yo soy peruano y de ninguna manera quiero hacer comida que no sea de mi país”

De ahí, el peruano llegó a San Francisco para abrirse camino propio. Le propuso a un colega que le preste su local para hacerlo funcionar por las noches. El colega aceptó, Rodrigo preparó una carta de comida peruana y, en la primera noche, solo recibió la visita de una pareja de comensales. La cosa pintaba para el fracaso. Sin embargo, uno de los comensales quedó encantado con la sazón y le propuso ser el cocinero para su cumpleaños, una reunión a la que había invitado a 90 personas.

El éxito aparecía brillando a lo lejos pero, en otro golpe duro, llegó la pandemia y todo se oscureció de nuevo. Con una esposa y siendo hombre de familia, Fernandini enrumbó a Florida sin saber qué hacer, salvo resistir. Sin embargo, se le apareció la oportunidad de ser chef personal para dos jugadores millonarios de la NBA. Las esperanzas renacían.

 A MI MANERA

 Ahí, bajo el sol de Florida, Rodrigo recibe la propuesta de unos empresarios para abrir un restaurante de comida Latinoamericana en Nueva York, lo que no estaba mal, salvo que el chef tenía claro que la sazón de su país era lo suyo. “Me reuní con cinco personas y ahí les dije: miren, me gusta la comida ecuatoriana, la chilena, pero yo soy peruano y de ninguna manera quiero hacer comida que no sea de mi país”, relata el chef. Al poco tiempo, su condición es aceptada.

“Fernandini sintió el llamado de los sabores y los fogones y cambió la televisión y las pasarelas por su sueño verdadero, que no estaba aquí sino que lo esperaba en Estados Unidos”

Ahí es cuando llega el triunfo y la recompensa en la forma de Artesano, el restaurante de comida peruana en la Gran Manzana y donde, finalmente y con gran éxito, Rodrigo ha logrado plasmar su estilo particular como alto cocinero.

“Nos acaban de dar dos estrellas del New York Times en menos de nueve meses operando. Acá nadie sirve un plato sin explicar qué se hizo, cómo se hizo, de dónde vienen los ingredientes. Todo está controlado”, dice Rodrigo.

Cerrando un ciclo que empezó desde lo más bajo hasta el lugar que su sazón y fuerza de trabajo lo han llevado.

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